El
apóstol Pablo en la primera carta a los Tesalonicenses llama ignorantes (ἀγνοεῖν
gr. agnoein de agnoéo que denota falta de información, desconocimiento) a
aquellos que desconocen lo que pasa con
los difuntos. El que se considera un
verdadero cristiano siempre debe tener la esperanza que la muerte no es el último
escalón del hombre. Pablo dice 1Ts 4,14-15 “Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó,
lo mismo Dios, por medio de Jesús, llevará a los difuntos a estar consigo. Esto
os lo decimos apoyados en la Palabra del Señor: los que quedemos vivos hasta la
venida del Señor no nos adelantaremos a los ya muertos”. Para Pablo no hay que
estar triste por el que muere, por el contrario hay que estar alegre porque va
al encuentro con Jesús.
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