UNA DE LAS BEATIFICACIONES MÁS RAPIDAS DE LA HISTORIA ES LA DE JUAN PABLO II

martes, 26 de abril de 2011

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El proceso de beatificación de Juan Pablo II ha sido uno de los más rápidos de la historia de la Iglesia católica, al iniciarse dos meses después de su muerte, sin esperar a que transcurrieran cinco años del fallecimiento, como establece el Código de Derecho Canónico.

Karol Wojtyla, nacido en Wadowice (Polonia) el 18 de mayo de 1920, falleció el 2 de abril de 2005 en Roma. El 28 de junio, tres meses escasos después de su muerte, se abrió el proceso que le elevará a los altares.

La causa se abrió por expreso deseo de Benedicto XVI, sin esperar a que transcurrieran cinco años de su muerte y como ocurrió con la Madre Teresa, la monja de los pobres, a la que beatificó Juan Pablo II seis años y dos meses después de su muerte.

El anuncio fue acogido con gran alegría en el mundo católico, donde aún sigue vivo el grito "santo súbito" (santo ya) que decenas de miles de personas corearon aquel 8 de abril de 2005 durante el funeral.

Se abrió en Roma porque fue la ciudad en la que murió y de la que fue obispo durante 26 años y medio. El por entonces cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini, dijo en la apertura oficial en la basílica romana de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, que era "unánime y universal el convencimiento de la santidad" de Karol Wojtyla.

Ruini ya se mostró convencido de que el proceso sería breve, teniendo en cuenta -dijo- los numerosos testimonios que llegaban a diario al Vicariato informando sobre gracias logradas por la intercesión de Juan Pablo II.

El proceso contempló al principio la recogida de toda la documentación sobre Juan Pablo II, que resultó ser muy abundante, así como la investigación sobre su vida y virtudes, recogiendo testimonios de quienes le conocieron, que fueron una multitud.

Entre discursos y documentos, Juan Pablo II escribió más de cien mil páginas, a lo que hay que añadir los trabajos de su época juvenil y hasta que fue elegido Papa, además de libros o apuntes.

El postulador de la causa, el polaco monseñor Slawomir Oder, informó que en estos años se catalogaron 251 supuestos milagros por su intercesión. Al final, el sacerdote polaco eligió la curación de una monja francesa.

El milagro que lleva a Wojtyla a los altares es la curación inexplicable para la ciencia de la monja francesa Marie Simon Pierre, de 51 años, que padecía desde 2001 Parkinson, la misma enfermedad que tuvo el primer papa polaco de la historia.

Varios meses después de la muerte de Wojtyla, la monja, que le rezaba continuamente, se curó del mal. La religiosa ha asegurado que le lleva siempre en el corazón y que nunca le abandona.

Decenas de miles de páginas, así como los testimonios de 330 personas -entre ellas cardenales, obispos e incluso algunos periodistas que le siguieron durante el pontificado- y la documentación sobre la curación de la monja francesa conformaron la evidencia que estudió la Congregación para la Causa de los Santos.

El 17 de noviembre de 2009 lo cardenales y obispos de esa congregación, conocida como "la Fábrica de los santos" aprobaron las "virtudes heroicas del Siervo de Dios" Juan Pablo II, primer paso hacia su beatificación.

Un mes más tarde, el 19 de diciembre, Benedicto XVI le proclamó "venerable", tras aprobar el decreto por el que reconocía esas "virtudes heroicas".

Aunque faltaba la aprobación por parte del Papa del milagro, comenzaba la cuenta atrás.

El 14 de enero pasado Benedicto XVI aprobó el milagro en la persona de la monja francesa y fijó la beatificación para el 1 de mayo próximo.

La congregación para la Causa de los Santos subrayó en una nota que fueron respetados "escrupulosamente" todos los pasos exigidos por la normativa de la Iglesia.

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, aseguró que todo el proceso se siguió "al detalle" e incluso se investigaron las críticas a Juan Pablo II por haber supuestamente "encubierto" al fundador de los Legionarios de Cristo, el cura pederasta mexicano Marcial Maciel.

La investigación fue hecha "en profundidad, a conciencia", dijo el portavoz, quien aseguró que no se encontró nada que involucre a Juan Pablo II con el pederasta.

Mientras tanto, el operativo para garantizar la seguridad de la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II que se celebrará el próximo domingo y en la que se espera la asistencia de al menos 50 jefes de Estado y cerca de 400.000 peregrinos, está ya en marcha, dijeron fuentes de seguridad.

La ceremonia será presidida en solemne ceremonia el día 1 de mayo por el papa Benedicto XVI ante jefes de estado y de gobierno de todo el mundo.

Participarán también un gran número de eclesiásticos que será colocados en la zona cercana al altar, en la opuesta en la que serán dispuestas las autoridades civiles.

Por ello, el control de seguridad se llevará a cabo también por vía aérea sobre la Plaza de San Pedro, donde serán repartidas 40.000 sillas y habrá otros 40.000 puestos para seguir de pie la beatificación, informan los medios de comunicación italianos.

El resto de los fieles asistirán a la ceremonia de beatificación desde la Via de la Conciliazione, que es la avenida que desemboca en la Plaza de San Pedro.

El plan de seguridad lo ha diseñado el comisario de Roma, Francesco Tagliente, quien ha dividido la plaza de San Pedro y la Via de Conziliacione en tres áreas subdivididas en nueve microzonas, cada una de ellas vigilada.

Durante la ceremonia de beatificación y los días precedentes hasta el río Tíber será patrullado por la policía fluvial.

El diario Repubblica asegura que los servicios de inteligencia italianos trabajan tanto fuera como dentro de Italia y su actividad está centrada en recoger información de personajes extranjeros sospechosos que tengan intención de llegar a Roma en los próximos días.

En Italia, los servicios de inteligencia, investigan a movimientos anarquistas y anticlericales que podrían aprovecharse del evento "para iniciativas inesperadas".

Por otro lado, una muestra de sangre tomada al papa Juan Pablo II cuando se le hospitalizó por última vez será utilizada como reliquia oficial de veneración una vez que sea beatificado, anunció el martes El Vaticano.

Con ello, la Santa Sede puso fin a las interrogantes sobre cuál reliquia sería presentada durante la beatificación de Karol Wojtyla, prevista para el domingo, reseñó AP.

En un comunicado, El Vaticano dijo que jamás se utilizaron cuatro frascos pequeños que contienen sangre tomada a Juan Pablo II durante sus últimos días para una posible transfusión.

Dos de los frascos fueron entregados al secretario privado del fallecido pontífice, el cardenal Stanislaw Dziwisz, y otros dos son cuidados por monjas en el hospital Bambin Gesy de El Vaticano.

Uno de los frascos que se encuentran en el hospital será colocado en un relicario y presentado el domingo. El otro continuará bajo resguardo de las monjas.

Finalmente, se ha sabido que al menos 26 obispos y arzobispos españoles, entre los que se encuentra el arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez, asistirán a la beatificación de Juan Pablo II el próximo domingo 1 de mayo, según han confirmado a Europa Press fuentes de los diferentes arzobispados españoles.

Asimismo, viajarán a Roma el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela

Concretamente, el cardenal Sistach presidirá una peregrinación diocesana organizada por Amics de Catalunya Cristiana para acudir a la beatificación. Igualmente, monseñor Blázquez viajará acompañado por un grupo de fieles de la diócesis vallisoletana, así como el arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez, que lo hará en un viaje organizado desde su arzobispado.

En esta misma línea, el obispo de Vic volará hasta Roma y participará en la celebración en la Plaza de San Pedro (Roma) junto a un grupo de 50 jóvenes de la diócesis, que le acompañarán en este acontecimiento histórico.

Por otra parte, también acudirán a la beatificación el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo Pelegrina; el arzobispo de Burgos, monseñor Francisco Gil Hellín; el arzobispo de Pamplona y Tudela, monseñor Francisco Javier Pérez González; el arzobispo de Tarragona, monseñor Jaume Pujol Balcells; y el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes.

Además, se sumarán a la celebración en la capital italiana el obispo de Bilbao, monseñor Mario Iceta; el obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla; el obispo de Tui-Vigo, monseñor Luis Quinteiro; el obispo de Vitoria, monseñor Miguel José Asurmendi; el obispo de Segovia, monseñor Ángel Rubio; y el obispo de Teruel y Albarracín, monseñor Carlos Manuel Escribano.

También han confirmado su presencia el obispo de Santander, monseñor Vicente Jiménez Zamora; el obispo de Cuenca, monseñor José María Yanguas Sanz; el obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor Manuel Sánchez Monge; el obispo de Guadix, monseñor Ginés Ramón García Beltrán; el obispo de Astorga, monseñor Camilo Lorenzo Iglesias; el obispo de Lleida, monseñor Joan Píris Frígola; el obispo de Mallorca, monseñor Jesús Murgui Soriano; el obispo de Orihuela-Alicante, monseñor Rafael Palmero; y el obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes.

(Rd/Agencias)



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