En
el artículo que publicamos recientemente
hablaba sobre las sectas y su manipulación en los hombres. Uno de los temas en
los que quieren inculcarnos miedo es en
la cantidad de personas que se salvarán. Afirman que solo serán 144.000 la cantidad de
elegidos, y que la gran mayoría pertenecen a su organización.
En
el libro del Apocalipsis del cual hacen referencia dice que “nadie podía aprender aquel canto, a excepción
de los 144.000 que han sido rescatados de la tierra” (14,3). Este es el
texto preferido por las sectas que interpretan la Biblia a su antojo y
conveniencia.
En
el mismo libro del apocalipsis también dice “oí el
número de los marcados con el sello: Ciento cuarenta y cuatro mil de todas las
tribus de Israel” (7,4). Parece que las sectas o no han leído este
versículo o no les interesa para sus
propósitos oscuros. Inclusive luego de mencionar las doce tribus de Israel
afirma el autor que vio “una multitud
enorme, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua” (7,9).
Comparando
los textos del Apocalipsis podemos llegar a la conclusión que el autor habla de las doce tribus de Israel y
de los doce mil sellados por cada tribu, esto nos da la cifra de 144.000 es
decir 12 tribus × 12.000 sellados= 144.000 salvados, es decir la totalidad.
Ahora
bien, es importante saber que en el libro del Apocalipsis se utiliza con
frecuencia el simbolismo que expresa un mensaje distinto de él, que lo supera y
lo desborda. Es por eso que los números indican muchas veces en la Biblia un
significado que trasciende el mensaje original, por ejemplo:
El
número 1 simboliza a Dios, que es único. Por ello indica exclusividad, primado,
excelencia( Mt 19,6; 19,17; Jn 10,30; Gál 3,28; Ef 4,5) En todos estos casos,
el uno simboliza el ámbito divino.
El
número 2 representa al hombre, pues en él hay siempre dualidad, división
interior por culpa del pecado. (Mt 20,30; 26,60).
El
número 3 representa "totalidad", quizá porque 3 son las dimensiones
del tiempo: pasado, presente y futuro. Decir 3 equivale a decir "la
totalidad" o "siempre". Gn 6,10; Mt 26,3;4 Is 6,3
El
número 7 tiene el simbolismo más conocido de todos. Representa la perfección.
Por eso Jesús dirá a Pedro que debe perdonar a su hermano hasta 70 veces 7. El
Apocalipsis es el que más lo emplea: 54 veces para describir simbólicamente las
realidades divinas: las 7 Iglesia del Asia, los 7 espíritus del trono de Dios,
las 7 trompetas, los 7 candeleros, los 7 cuernos, etc. La tradición cristiana
continuó este simbolismo del 7, y por eso fijó en 7 los sacramentos, los dones
del Espíritu Santo y las virtudes.
El
número 12 es también simbólico. Significa "elección". Por eso se hablará
de las 12 tribus de Israel. Igualmente se agruparán en 12 a los profetas
menores del Antiguo Testamento. También el Evangelio mencionará 12 apóstoles de
Jesús que son los elegidos del Señor.
Asimismo Jesús asegura tener 12 legiones de ángeles a su disposición (Mt
26,53). El Apocalipsis hablará de 12 estrellas que coronan a la Mujer, 12
puertas de Jerusalén, 12 ángeles, 12 frutos del árbol de la vida.
El
número 40 tiene también valor simbólico. Representa el "cambio", de
un período a otro, los años de una generación. Por eso el diluvio dura 40 días
y 40 noches (pues es el cambio hacia una nueva humanidad). Los israelitas están
40 años en el desierto (hasta que cambia la generación infiel por otra nueva).
Moisés permanece 40 días en el monte Sinaí, Jesús ayunará 40 días.
El
número 1.000 significa multitud, gran cantidad ( Dan 5,1; Salm 90; 1 Rey 3,4; 1
Rey 11,3).
Con
toda esta explicación es preciso mencionar que el cristiano no debe dejarse
influenciar por el miedo que algunos grupos o sectas quieren imponer, ellos
dicen que si no pertenecen a su grupo no podrán ser salvos, que la cantidad
para llegar a los 144.000 cada vez es poca y que hay que apresurarse.
Lo cierto
del caso es que “Dios quiere que todos
los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tim 2,4). El
apóstol no dice que “algunos” sino “todos”. Inclusive el mismo Jesús nos dice
que tiene “otras ovejas que no pertenecen a este corral, a ésas tengo que
guiarlas para que escuchen mi voz y se forme un solo rebaño con un solo pastor”
(Jn 10,16). Es por ello que el cielo
permanece abierto para todas las personas, sin distinción de clase, ni de
religión, únicamente debemos seguir y cumplir el mensaje de nuestro Señor
Jesucristo que murió por todos para obtener nuestra salvación.
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