Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna... pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.
Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor y luego... apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.
Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir... y conociste a ese amigo/a que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos.
Hubo un momento en el que estabas
seguro que la comunicación con alguien se había perdido... y fue luego cuando
el cartero visitó el buzón de tu casa.
Hubo un momento en el que una pelea
prometía ser eterna... y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un
abrazo.
Hubo un momento en que un examen
parecía imposible de pasar... y hoy es un examen más que aprobaste en tu
carrera.
Hubo un momento en el que dudaste de
encontrar un buen trabajo... y hoy puedes darte el lujo de ahorrar para el
futuro.
Hubo un momento en el que sentiste que
no podrías hacer algo... y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.
Hubo un momento en el que creíste que
nadie podía comprenderte... y te quedaste boquiabierto mientras alguien parecía
leer tu corazón.
Así como hubo momentos en que la vida
cambió en un instante, nunca olvides que aún habrá momentos en que lo imposible
se tornará un sueño hecho realidad. Pídele por ello al Señor.
Nunca dejes de soñar, porque soñar es
el principio de un sueño hecho realidad.
¡QUE LA DISTANCIA A TUS METAS SEA LA
MISMA QUE EXISTE ENTRE DIOS Y TU
CORAZÓN!
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