El
Papa Francisco escogió este nombre por los “pobres” e inmediatamente luego de
su elección dice que “pensó en San Francisco de Asís”. Francisco significa
‘persona libre’, es de origen germánico, al igual que ‘Francia’, que proviene
de ‘francos’, es decir, hombres libres, como se hacían llamar esas tribus que
invadieron la Galia.
Podemos
recordar ocho grandes santos con el nombre de Francisco.
1. San Francisco de Asís
Nació en Asís (Italia), en 1182. Abrazó la pobreza y vivió una vida evangélica.
Fundó la Orden de los Frailes Menores (OFM), conocidos como los franciscanos, y
su primera seguidora fue mujer, Santa Clara, quien fundó la orden de las
Clarisas. No hay santo más popular que él, tanto entre católicos, protestantes
y los no cristianos. Tenía la rara cualidad de hacerse querer por los animales.
Cuando solo tenía 44 años murió y cuando apenas habían transcurrido dos años
después de su muerte, el Sumo Pontífice lo declaró santo. Fue él quien
popularizó la costumbre de hacer pesebres para Navidad.
2. San Francisco Caracciolo
Nació en los Abruzos (Italia) en 1563 y como era de familia rica había
dispuesto dedicarse al comercio y a la política. Le agradaban fuertemente el
deporte y las fiestas. Fundó la comunidad denominada Clérigos Regulares. Cuando
sólo tiene 44 años, murió en Nápoles el 4 de junio de 1608, con los nombres de
Jesús y de María en la boca.
3. San Francisco de Borja
Nació en 1510 y fue nieto del Papa Alejandro VI por parte del padre, nieto del
rey Fernando de Aragón por parte de la madre, primo del emperador Carlos Quinto
e hijo del Duque de Gandía. En 1551, después de dejar a sus hijos en buenas
posiciones y herederos de sus muchos bienes, fue ordenado como sacerdote,
religioso jesuita. En 1554 fue nombrado por San Ignacio como superior de los
jesuitas en España. El 30 de septiembre de 1572 falleció.
4. San Francisco de Paula
Nació en un pueblecito llamado Paula, en Italia, en 1416. Cuando tenía unos
pocos años se enfermó gravemente de los ojos. Se encomendó junto con sus padres
a San Francisco y este santo le obtuvo de Dios la curación. En acción de
gracias se fue a los 14 años en peregrinación a Asís, y allá recibió la inspiración
de convertirse en ermitaño, dedicado a rezar y a hacer penitencia. Se retiró a
la montaña, y ahí permaneció durante cinco años. Tenía el don de hacer
milagros, de hacer curaciones, y el don de profecía. Murió el 2 de abril de
1507.
5. San Francisco de Sales Nació
en Sales, Saboya, 21 de agosto de 1567, fue un santo y obispo de Ginebra. Tiene
el título de Doctor de la Iglesia, es titular y patrono de la Familia Salesiana
(fundada por Don Bosco) y también patrono de los escritores y periodistas. Todo
porque se dice que escribía de día hojas clandestinas y la metía por debajo de
las puertas, de noche. Por esa razón, se ganó el premio "patrono de los
periodistas". Es considerado el Santo de la Amabilidad. Prueba de ello son
las 33 piedras que obtuvieron de su vesícula biliar el día de su muerte, signo
de los constantes esfuerzos por mitigar los corajes que hacía, siempre teniendo
un rostro sereno o una sonrisa.
6. San Francisco Javier
Francisco nació cerca de Pamplona (España) en el castillo de Javier, en el año
1506. Era de familia que había sido rica, pero que a causa de las guerras había
venido a menos. En 11 años recorrió la India, Japón y varios países más. Su
deseo de ir a Japón era tan grande que exclamaba: "si no consigo barco,
iré nadando". Murió el 3de diciembre de 1552, pronunciando el nombre de
Jesús. Tenía sólo 46 años. A su entierro no asistieron sino un catequista que
lo asistía, un portugués y dos negros. Cuando más tarde quisieron llevar sus
restos a Goa, encontraron su cuerpo incorrupto (y así se conserva). Francisco
Javier fue declarado santo por el Sumo Pontífice en 1622 (junto con Santa
Teresa, San Ignacio, San Felipe y San Isidro).
7. San Francisco Regis
Francisco Regis nació en 1597 de familia acaudalada en Narbona, Francia y a los
19 años empieza a no sentirse a gusto en la vida mundana. Siente aversión por
los placeres mundanales. A los 33 años fue ordenado de sacerdote y al año
siguiente lo destinaron a predicar misiones entre el pueblo. En 43 años de
vida, 24 como religioso, diez como sacerdote y 9 como misionero popular, logró
inmensos éxitos y tuvo el mismo calificativo en todos los sitios donde estuvo
predicando: "el santo". Murió en el año 1640.
8.
San Francisco Solano Francisco
Solano, llamado "el Taumaturgo del nuevo mundo", por la cantidad de
prodigios y milagros que obtuvo en Sudamérica, nació en 1549, en Montilla,
Andalucía (España). Su padre era alcalde de la ciudad, y desde muy joven se
caracterizó por su habilidad en poner paz entre los que se peleaban. Estudió
con los Jesuitas, pero entró a la comunidad Franciscana porque le atraían mucho
la pobreza y la vida tan sacrificada de los religiosos de San Francisco. En
mayo de 1610 empezó a sentirse muy débil. Los médicos que lo atendían se
admiraban de su paciencia y santidad.
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