En
octubre celebramos el mes de la Biblia en Venezuela. Es un tiempo para
interiorizar la Palabra y para que ella sea luz y guía para nuestras vidas.
El texto de Ezequiel 3,1-4 es propicio para
reflexionar en este mes y en cada instante de nuestras vidas “Y me dijo: «Hijo de hombre, come lo que se
te ofrece; come este rollo y ve luego a hablar a la casa de Israel.»Yo abrí mi
boca y él me hizo comer el rollo, y me dijo: «Hijo de hombre, aliméntate y
sáciate de este rollo que yo te doy.» Lo comí y fue en mi boca dulce como la
miel. Entonces me dijo: «Hijo de hombre, ve a la casa de Israel y háblales con
mis palabras”.
Eze 3:1 וַיֹּ֣אמֶר אֵלַ֔י בֶּנ־אָדָ֕ם אֵ֥ת אֲשֶׁר־תִּמְץָ֖א אֱכֹ֑ול
אֱכֹול֙ אֶת־הַמְּגִלָּ֣ה הַזֹּ֔את וְלֵ֥ךְ דַּבֵּ֖ר אֶל־בֵּ֥ית יִשְׂרָאֵֽל׃ Eze 3:2 וָאֶפְתַּ֖ח אֶת־פִּ֑י וַיַּ֣אֲכִלֵ֔נִי אֵ֖ת הַמְּגִלָּ֥ה
הַזֹּֽאת׃Eze 3:3 וַיֹּ֣אמֶר אֵלַ֗י בֶּנ־אָדָם֙ בִּטְנְךָ֤ תַֽאֲכֵל֙ וּמֵעֶ֣יךָ
תְמַלֵּ֔א אֵ֚ת הַמְּגִלָּ֣ה הַזֹּ֔את אֲשֶׁ֥ר אֲנִ֖י נֹתֵ֣ן אֵלֶ֑יךָ וָאֹ֣כְלָ֔ה
וַתְּהִ֥י בְּפִ֖י כִּדְבַ֥שׁ לְמָתֹֽוק׃Eze 3:4 וַיֹּ֖אמֶר אֵלָ֑י
בֶּנ־אָדָ֗ם לֶכְ־בֹּא֙ אֶל־בֵּ֣ית יִשְׂרָאֵ֔ל וְדִבַּרְתָּ֥ בִדְבָרַ֖י
אֲלֵיהֶֽם׃
La
Palabra de Dios alimenta nuestra alma y nos hace ser personas nuevas. Ya basta
que en las parroquias se le dé más importancia a otras cosas, que a la
formación del laico por conocer al que nos dio la vida. No debemos perder el
tiempo en cosas triviales, Dios nos está llamando y nos ha elaborado una carta
de varias páginas para tener ese encuentro amoroso con cada uno de nosotros,
esa carta es la Biblia que siempre tiene sus páginas abiertas listas para ser leídas
e interiorizadas.
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