Entre
las aves impuras que la Torá enumera en nuestra Parshá, se menciona también el
"Shalaj" que es un ave que se zambulle en las profundidades del mar y
extrae de ahí peces, con los cuales se alimenta- el pelícano
El
Talmud relata sobre Rabí Iojanán, que cuando veía un pelícano proclamaba :
"Tu justicia está en las profundidades". Explica Rashi: "Tu
justicia está incluso también en las profundidades, puesto que dispusiste un
pelícano para que haga justicia y ejecute Tu venganza con los peces del mar,
para matar a los que están preparados para que mueran". O sea, que en los
ojos de Rabí Iojanán el Pelícano refleja la manera como Dios supervisa a Su
mundo, fijando, incluso entre los peces cual ha de vivir y cual ha de morir.
El
mundo tal como es visto por nuestros ojos, parecería manejarse por las leyes de
la naturaleza. No vemos abiertamente la mano de Di-s como dirige todas las
cosas y las supervisa. Tal como los elementos sumergidos en el agua se
encuentran ahí en toda su totalidad, sólo que no son vistos por el ojo, así
también ocurre con la naturaleza (el "Teva") que ésta oculta, como
que contiene sumergida en su seno a la Supervisión Divina, al punto que
parecería como que las cosas ocurren solas.
Viene
el pelícano e indica, que si queremos descubrir y revelar la Providencia Divina
que maneja a todo debemos extraer a aquello "sumergido dentro del
mar"-correr la cobertura de la naturaleza, y encontrar el manejo Divino
que se encuentra detrás de la naturaleza.
El
pelícano nos enseña que debemos meditar en lo que se encuentra "debajo de
la capa de agua", el trasfondo de lo que la naturaleza oculta. Se debe
profundizar y meditar en la esencia interior de los sucesos y entonces ha de
descubrirse que también lo que parecería, por así decirlo, casual, o producto
de la naturaleza, en realidad está direccionado en cada detalle por la
Supervisión Divina.
Esto
es así ahora, cuando el mundo material tapa y oculta la verdad Divina.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Deja tus comentarios