Un
grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente, dos de ellas cayeron en un
hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando
vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para
efectos prácticos, se debían dar por muertas ya que no saldrían.
Las
dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando
de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo
que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente,
una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se
desplomó y murió.
La
otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la
multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que
simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía sentido seguir luchando.
Pero la rana saltaba cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir
del hoyo.
Cuando
salió, las otras ranas le dijeron: "nos alegramos mucho de que hayas
logrado salir, a pesar de lo que te hemos gritado". La rana les explicó
que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y
salir del hoyo.
Moraleja:
1. La
palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a
alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo.
2. Una
palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo
que acabe por destruirlo. Tengamos cuidado con lo que decimos.
3. Una
persona especial es la que comparte tiempo para animar a otros.
Una
referencia relacionada:
En los
Estados Unidos de América, en la NASA, hay un póster muy bonito de una abeja,
el cual dice así:
"Aerodinámicamente,
el cuerpo de una abeja no está hecho para volar, lo bueno es que la abeja no lo
sabe"
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