El texto de este domingo lo tomo en
su forma breve (Mt 27,11-55) y consta de tres partes que se entrelazan en forma cronológica:
1.
Jesús ante Pilato (Mt 27,11-26): Jesús nunca se ha designado
como Mesías, y mucho menos como rey. También tiene que saber que el romano enlaza
con este título una idea política, y además peligrosa para Roma. No obstante
Jesús contesta afirmativamente. Ante los judíos, Jesús había dicho abiertamente
que era el Mesías. Ante el procurador también reconoce que es el rey de los
judíos. Su condición de Mesías, sin embargo, es de índole distinta de la que el
sanedrín conoce y puede comprender. Análogamente su realeza es de índole
distinta de la que puede el procurador conocer.
La escena es rica en hechos por parte de Pilato
tratando de no condenar a Jesús, primero
le pregunta si es Rey de los judíos, (27,11), luego espera que responda también
de los cargos que lo acusan (27,13), le pregunta al pueblo a quien quiere que
suelte por la Pascua (27,15-17), al responder el pueblo que quieren a Barrabas
libre no sabe qué hacer con Jesús (27,22), no ve mal en él y lo llama inocente
(27,24).
2. La burla de los soldados (Mt 27,27-31):
El motivo de la burla es la acusación que han hecho los sacerdotes en contra de
Jesús. En esta escena se descubre la maldad del corazón humano, pero también el
verdadero carácter del reino de Jesús, que no es un reino de este mundo. Jesús
experimenta en su persona la caricatura de un reino de este mundo. En realidad
Jesús es rey, porque también soporta esta humillación en silencio y ejerce su
soberanía sirviendo. Su deseo de servir es tan radical que llega a tomar sobre
sí las humillantes burlas de que le hacen objeto.
3. La muerte de Jesús (Mt
27,32-54): Este es el momento culminante de la pasión. El evangelista presenta
un cuadro con siete momentos dramáticos.
·
Las tinieblas cubren la
tierra al mediodía (27,45).
·
Jesús ora a su Padre
(27,46).
·
La evocación de Elías
(27,47-49).
·
La muerte de Jesús.
Entrega su Espíritu. (27,50).
·
Ocurren fenómenos
cósmicos (27,51-53).
·
La fe de los paganos en
la confesión de los soldados (27,54).
·
Las mujeres que
acompañaron a Jesús hasta el último momento (27, 55).
En
Marcos (15,21-41) hay unas inclusiones que no presenta Mateo, a Jesús lo
obligan cargar con su cruz (Mc 15,22), le ofrecieron vino con mirra, pero él no
lo tomó (Mc15,23), en Mateo dice que lo probó pero no quiso tomarlo (Mt 27,34),
habían “muchas otras mujeres” que estaban con Jesús (Mc 15,41).
ACTUALIZACIÓN
La
muerte de Jesús sucedió para que tuviéramos vida y fuéramos liberados del
pecado. Muchos de nosotros no comprendemos el sacrificio de Jesús, ni siquiera
le agradecemos tal acción que lo llevó a la muerte. Seguro estoy que si Jesús
viene desapercibido al mundo, en la misma forma en que vino la primera vez como
hombre, seria nuevamente asesinado, hoy el corazón del hombre es más perverso,
más egoísta y materialista.
Los
sacerdotes se burlaban de Jesús al momento de ser crucificado, también nosotros
nos burlamos de Él continuamente, cuando engañamos, cuando proporcionamos
violencia y terror a muchos hermanos, en el momento de acudir y propiciar un
aborto, cuando soy infiel a mi pareja y a mi familia.
La
muerte de Jesús parece que fue en vano, sin embargo el Señor llevó hasta el
final su obra, que fue la obediencia al Padre, un Padre que ofreció a su Hijo
único para que todos tuviéramos vida.
Un
amigo judío considerando su pueblo superior a todos, me dijo una vez que su
patria era donde había nacido Jesús, que era la patria escogida por Dios
superior a las demás, yo inmediatamente le dije: “Es cierto hermano lo que tú
dices, sin embargo también tu patria fue la que asesino a Jesús”. Nos
consideramos muchas veces superior y mejor a los demás, sin embargo nadie es
digno de recibir al Señor, pues todos somos pecadores.
Nuestras
palabras y acciones como un buen cristiano deben ser para edificar y llevar la
Buena Noticia al prójimo.
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