Iniciamos el estudio de otra
institución del Antiguo Testamento como lo es el matrimonio. En ella
abordaremos la poligamia y monogamia en el pueblo israelita.
El primer matrimonio monógamo lo
presenta el relato de la creación de la pareja humana (Gén 2,21-24) como
conforme con la voluntad de Dios. Los patriarcas del linaje de Set son
presentados como monógamos, por ejemplo, Noé (Gén 7,7), mientras la poligamia
hace su aparición en el linaje reprobado
de Caín; Lamek tomó dos mujeres (Gén 4,19). Ésta es la idea que se tenía de los
orígenes.
En la época patriarcal, Abraham tenía,
al principio, una sola mujer, Sara, pero como ésta era estéril, Abraham tomó a
su esclava Agar, como se lo había propuesto la misma Sara, Gén 16,1-2. Abraham
tomó también como esposa a Quetura (Gén 25,1), pero esto se cuenta después de
la muerte de Sara (Gén 23,1-2), y Quetura pudo muy bien haber sido esposa en
regla.
Los patriarcas siguen las costumbres
de su ambiente. Según el código de Hamurabi, hacia el 1700 antes de nuestra era,
el marido no puede tomar otra esposa sino en caso de esterilidad de la primera.
E incluso se ve privado de este derecho si su esposa le proporciona una
concubina esclava. No obstante, el
marido, aun habiendo tenido hijos de su mejer, puede tener una concubina, pero
una sola, a menos que ésta misma sea estéril.
En todos estos casos se observa una
monogamia relativa: no hay nunca sino una esposa titular. Pero hay otros
ejemplos que rebasan este límite: Jacob toma como esposas a dos hermanas Lía y
Raquel, y cada una de ellas le da su esclava (Gén 29,15-30; 30,1-9). Esaú tiene
tres mujeres, las tres con el mismo rango (Gén 26,34; 28,9; 36,1-5).
En Israel, bajo los jueces y la
monarquía, desaparecen las antiguas restricciones. Gedeón tenía muchas mujeres
y, por lo menos, una concubina (Jue 8,30-31). La bigamia es reconocida como un
hecho legal (Dt 21,15-17), y los reyes tenían un harén, a veces numeroso.
Mucho más tarde el Talmud fijará el número
de cuatro para un particular, y de dieciocho para un rey. Las personas corrientes
debían contentarse con una o dos mujeres.
A todas estas, la monogamia era el
estado más frecuente en la familia israelita, es sorprendente que los libros de
Samuel y de los Reyes, que comprenden todo el período de la monarquía, no señalen
entre los particulares más casos de bigamia que el del padre de Samuel, en los
principios. Asimismo los libros sapienciales, que presentan un cuadro de la
sociedad de su época, no hablan tampoco de poligamia.
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