Cristo en
su vida pública fundo su Iglesia sobre Pedro como piedra fundamental. Si Pedro
es el fundamento, entonces lógicamente él debe vivir en sus sucesores.
Jesús fue muy claro al decir “Tú eres Pedro y sobre esta
piedra edificare mi Iglesia, los poderes de la muerte jamás podrán vencerla” Mt
16,18
Cristo hizo una Iglesia jerárquica más
no democrática, ya que el poder de los jerarcas no proviene de la comunidad de
los fieles, sino del mismo Cristo, afirmar lo contrario sería caer en algo
herético.
La verdadera Iglesia de Cristo se
encuentra, donde este el Sumo Pontífice. Durante más de dos mil años hemos
tenido doscientos sesenta y nueve Papas empezando por, San Pedro (33-67), San
Lino (67-76), San Cleto (76-88), San Clemente I (88-97), San Evaristo (97-105),
San Alejandro I (105-115), San Sixto I (115-125), San Telesforo (125-136), San
Higinio (136-140), San Pio I (140-155), y así una sucesión ininterrumpida hasta
el último Papa, nuestro querido Benedicto XVI que ha llevado la iglesia con
mucha sabiduría en momentos tan difícil por los que está pasando, pero que el
poder del Espíritu Santo nunca lo ha dejado a la deriva.
Las otras iglesias no tienen una
historia de fundación en Cristo, pues las mismas están fundadas por hombres tal
y como observamos en el cuadro:
Nombre
|
Origen
|
Fundador
|
Año
|
Luteranos
|
Alemania
|
Martín
Lutero
|
1517
|
Anglicanos
|
Inglaterra
|
Enrique
VIII
|
1534
|
Presbiterianos
|
Escocia
|
Juan
Knox
|
1560
|
Bautistas
|
Amsterdam
|
Juan
Smyth
|
1605
|
Episcopalianos
|
EE.UU
|
S.
Seabury
|
1785
|
Metodistas
|
Oxford
|
J.
Wesley
|
1739
|
Mormones
|
EE.UU
|
José
Smith
|
1830
|
Adventistas
|
EE.UU
|
William
Miller
|
1860
|
Teosofismo
|
EE.UU
|
Blavatski-Steel
|
1875
|
Testigos
de Jehová
|
EE.UU
|
Carlos
Russell
|
1879
|
Como decía anteriormente el Señor hizo
de Simón la piedra de su Iglesia, le entregó sus llaves como símbolo de
autoridad. Está claro que también el colegio de los apóstoles, unido a su
cabeza, recibió la función de atar y desatar dada a Pedro. Este oficio pastoral
de Pedro y los demás apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia. Se continúa
por los obispos bajo el primado del Papa.
Según el CIC “El Papa, obispo de Roma y sucesor de san Pedro, es el principio y
fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la
muchedumbre de los fieles. El Pontífice romano, en efecto, tiene su Iglesia, en
virtud de su función de Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, la
potestad plena, suprema y universal, que puede ejercer siempre con entera
libertad”.
Entre las funciones del Papa le corresponde la tarea de enseñar
la verdad revelada y mostrarla a los hombres. Es una misión eminentemente
positiva, no se limita a condenar los errores doctrinales. El Papa realiza esta
misión de enseñanza de tres modos principales, explicaba Juan Pablo II: “Ante
todo, con la palabra”; en segundo lugar, mediante escritos, propios o
publicados con su autorización por la Curia Romana; tercero, mediante
iniciativas institucionales para impulsar el estudio y la difusión de la fe,
como se suele hacer a través de distintos consejos pontificios (Catequesis de
Juan Pablo II).
Los santos Padres se refieren al
primado de Pedro de la siguiente manera: “Pero
sería muy largo, en un volumen como éste, enumerar las sucesiones de todas las
Iglesias, nos limitaremos a la Iglesia más grande, más antigua y mejor conocida
por todos, fundada y establecida en Roma por los dos gloriosísimos apóstoles
Pedro y Pablo, demostrando que la tradición que tiene recibida de los apóstoles
y la fe que ha anunciado a los hombres han llegado hasta nosotros por
sucesiones de obispos. Ello servirá para confundir a todos los que de una forma
u otra, ya sea por satisfacción o por vanagloria, ya sea por ceguedad o por
equivocación, celebran reuniones no autorizadas” (San Ireneo).
Tertuliano por su parte nacido en el
año 160 d.c reconoce sin dudar la autoridad de Roma y al apóstol Pedro como la
piedra sobre la que Cristo edificó su Iglesia, afirma “si algunas herejías se atreven a insertarse en la edad apostólica
para parecer transmitidas por los Apóstoles por cuanto existieron en tiempo de
los Apóstoles, nosotros podemos decir: publiquen, entonces, los orígenes sus
iglesias, desplieguen la lista de sus obispos, de modo que, a través de la
sucesión que discurre desde el principio, aquel primer obispo haya tenido como
garante y antecesor a alguno de los Apóstoles o a alguno de los varones
apostólicos, pero que haya perseverado con los Apóstoles.. En efecto, de esa
manera dan a conocer sus orígenes las iglesias apostólicas: como la iglesia de
los esmiornitas cuenta que Policarpo fue puesto por Juan, como la de los
romanos que Clemente fue ordenado por Pedro. . De igual modo, ciertamente,
también las otras iglesias muestran que vástagos de semilla apostólica poseen
destinados al episcopado por los apóstoles. Inventen algo semejante los
herejes. Pues, luego de tanta blasfemia ¿qué es ilícito para ellos?”.
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